y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

La Virgen

Alejandra María Sosa Elízaga*

Año de la fe
Conoce, celebra, fortalece, comunica tu fe
Serie sobre el Credo:
Ficha 29

Pueden tardar siglos en cumplirse, pero se cumplen las promesas de Dios.

En su libro sobre Jesús de Nazaret, Benedicto XVI dice que en la Biblia hay palabras que no se realizaron al momento de ser pronunciada, sino quedaron a la espera de cumplirse en un futuro.

Por ejemplo lo que anunció el profeta Isaías: “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Is 7, 14), no sucedió en su tiempo, sino mucho después, como se lo hizo ver a José el Ángel que se le apareció en sueños y le recordó esa profecía, cumplida en Jesús, el Emmanuel, el Dios-con-nosotros (ver Mt 1,23).

Allí se anuncia la virginidad de la Madre de Jesús, y en el Credo afirmamos que Jesucristo, por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María la Virgen.

¿Por qué la llamamos así? ¿En qué consiste su virginidad?

Es una virginidad espiritual y física.

Virginidad espiritual

El diccionario da, entre otros significados a ‘virgen’, el de ‘puro’, inadulterado.

Se puede hablar de virginidad espiritual en María porque ella mantuvo siempre su pureza en, al menos, dos aspectos: por una parte, toda ella era de Dios, nunca idolatró a criatura o cosa alguna, en su alma no hubo cabida para nadie más que el Señor.

Mantuvo su fe pura.

Y por otra parte, tuvo siempre total pureza de intención, en ella no había doblez, hipocresía, ni vanagloria; no hacía nada para lucirse o figurar.

Lo prueba lo poco que reveló de sí misma a los evangelistas, sólo lo indispensable, y no por afán protagónico, sino para dar a conocer cómo Dios intervino en la Encarnación.

El diccionario pone como ejemplo de virginidad una tierra que no ha sido cultivada.

Este aspecto se manifestó en María en que siempre recibió la Palabra de Dios como si fuera la primera vez, como una tierra que se abre a la semilla por vez primera, fresca, lista para recibirla, ávida de ser fecundada para dar fruto.

Pidámosle que nos participe de su virginidad espiritual.

Virginidad física

En la Biblia queda claro que el Espíritu Santo intervino para que siendo María virgen, concibiera a Jesús sin intervención de varón, como se lo anunció el Ángel: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios” (Lc 1, 35).

Pero no sólo fue virgen antes de concebir a Jesús, siguió siéndolo luego de que Él nació.

Es dogma de fe de la Iglesia Católica que María es siempre Virgen.

Para ello contamos con sólidos argumentos bíblicos y de sentido común.

Argumentos bíblicos

Cuando Jesús se les perdió de vista a José y María y lo hallaron en el Templo, sólo ellos lo buscaron (ver Lc 1,48).

Si hubiera tenido hermanos y hermanas, también éstos hubieran ayudado a buscarlo.

Cuando en los Evangelios se menciona a sus “hermanas y hermanos” (ver Mt 12, 46-47) se refiere a ‘parientes’.

Prueba de ello es que en Gen 12,5 se dice que Abraham y Lot eran tío y sobrino, y en Gen 13,8 se dice que eran ‘hermanos’, palabra usada para referirse a parientes en general.

Cuando en Mt dice que José no tuvo relaciones conyugales “hasta que ella dio a luz” (Mt 1, 25), no significa que después sí las tuvo. En la Biblia el uso de ‘hasta’ no implica que hubiera cambio después (ver 2Sam 6,23; Jn 9,18; 1Tm 4, 13).

Desde la cruz, Jesús encomendó a Su Madre al discípulo amado, quien la llevó a vivir a su casa (ver Jn 19, 25-27). Si Jesús hubiera tenido hermanos y hermanos, a ellos les hubiera encomendado a Su Madre.

Argumentos de sentido común

Si Dios mismo quiso conservar la virginidad de María, ¿cómo no iban María y José a conservarla también?

Aquella que recibió el encargo más importante de toda la historia: concebir y criar al Hijo de Dios, no quiso tener otros hijos que la distrajeran de tan vital encomienda.

En un tiempo en el que se consideraba una gran bendición tener muchos hijos, si María los hubiera tenido, nadie lo hubiera ocultado.

Desde su origen, la Iglesia ha afirmado siempre la virginidad perpetua de María.

Profundiza en este tema, lee el Catecismo de la Iglesia Católica #496-511.

(Continuará...’El Credo desglosado en el Año de la fe’)

La próxima semana: ‘y se hizo Hombre’

¡No te lo pierdas!

Reflexiona y comparte:

¿Qué significa en tu vida de fe que María sea la siempre Virgen?

 

Pregunta del Catecismo:

¿Qué implica que María la Madre de Jesús sea siempre Virgen?

Respuesta del Catecismo:

Que “Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo...signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios. (Catecismo de la Iglesia Católica # 496)

Lo dijo el Papa:

“En el plan divino de la salvación, la concepción virginal es anuncio de la nueva creación: por obra del Espíritu Santo, en María es engendrado aquel que será el hombre nuevo.

Como afirma el Catecismo de la Iglesia católica: «Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María, porque él es el nuevo Adán que inaugura la nueva creación» (n. 504).

...En el misterio de esta nueva creación resplandece el papel de la maternidad virginal de María. San Ireneo, llamando a Cristo ‘primogénito de la Virgen’, recuerda que ‘Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende a todos los hombres a los cuales Él vino a salvar.’...”

(Juan Pablo II, catequesis, 31, VII, 96).

*Publicado el domingo 2 de junio de 2013 en 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, año XVII, n.848, p.4.