y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Creador del cielo y de la tierra

Alejandra María Sosa Elízaga*

Año de la fe
Conoce, celebra, fortalece, comunica tu fe
Serie sobre el Credo:
Ficha 10

Una ráfaga de viento provocó que llovieran, sobre la avenida, hojas secas, ocres y amarillas, que caían girando, tiñéndose de la rojiza luz de un sol enorme que se ocultaba tras la montaña, en un espléndido atardecer de nubes lilas y anaranjadas.

Pero en la esquina una joven hablaba por teléfono; al frente un muchacho reparaba un auto. El que atendía el puesto de periódicos veía futbol en una mini tele. Una conductora aprovechó el alto para enviar mensajitos por su celular.

Nadie apreció el maravilloso espectáculo.

Acaparan más nuestra atención las creaciones humanas que la Creación así con mayúsculas, es decir, lo creado por Dios.

Nos dejamos apantallar por la tecnología, y estamos tan pendientes de una pantalla, un teclado, un motor, un foco o la carátula de un reloj, que ya no nos asombra el milagro de las estaciones del año, que a cada noche le siga el día; que haya árboles y aves que aniden en ellos; que una flor brote en un muro de piedra; que un colibrí se mantenga inmóvil en el aire.

Entonces rezamos el Credo, cuando menos una vez por semana en Misa y nos ubicamos, recuperamos la perspectiva; recordamos que por más creadores y creativos que nos sintamos, no somos dioses, somos humanos; criaturas de Aquel que creó el cielo y la tierra y cuanto hay en ellos, incluidos nosotros.

¿Por qué podemos afirmar que Dios lo creó todo?

Tenemos al menos dos razones para hacer semejante afirmación:

La primera es que así como al ver una escultura o una pintura, deducimos la existencia de su autor, aunque no lo conozcamos, al contemplar la Creación, no podemos menos que deducir que existe un Creador que, partiendo de ceros, lo hizo todo, pues de no ser así no existiría ninguna cosa, ya que la materia no se crea a sí misma, la nada produce nada.

Es una de las pruebas más lógicas y evidentes de la existencia de Dios (ver Rom 1, 20).

La perfección de la Creación, su genialidad, su ritmo, la manera como todo armoniza, no puede ser obra de la casualidad.

La segunda razón es que él mismo Dios nos lo reveló.

En el libro del Génesis el autor bíblico narra poéticamente que Dios creó todo cuanto existe (ver Gen 1).

También san Juan lo atestigua en el prólogo de Su Evangelio (ver Jn 1,1-3).

Y a lo largo de la Biblia Dios se da a conocer como el Creador. (ver Is 43, 15; 45, 18; Sal 95, 4-5; 100, 3; 124, 8; Jer 33, 2; 51, 15; Heb 3,4; Ap 14,7).

Ello tiene para nosotros, por lo pronto, dos implicaciones:

La primera es reconocer que como Él es nuestro Creador, así como un fabricante conoce a la perfección lo que ha fabricado, Dios conoce mejor que nadie cómo funcionamos, qué nos hace bien y qué nos hace mal, qué puede descomponernos y qué clase de ‘mantenimiento’ requerimos, así que lo que más nos conviene es seguir sus instrucciones.

Están asentadas en la Biblia, explicadas en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Nos proporcionan cuanto necesitamos saber para alcanzar nuestro máximo potencial, la plenitud, la santidad, la salvación a la que estamos llamados, a la que Dios, nuestro Creador, quiere destinarnos.

La segunda es que saber que Dios lo creó todo, y además ver que lo hizo bello y bueno para ponerlo a nuestra disposición, nos hace comprender cuánto nos ama, cuánto nos valora, y eso aumenta nuestro amor y confianza hacia Él, y nos permite exclamar, como el salmista: “Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 121, 1-2)

(Continuará...)

La próxima semana: ‘De todo, lo visible y lo invisible’ ¡No te lo pierdas!

Reflexiona y comparte:

¿Qué implica en tu vida que Dios, que lo creó todo, sea también tu Creador?

 

Pregunta del Catecismo:

¿Por qué es importante saber que Dios lo creó todo?

Respuesta del Catecismo:

Porque “la Creación manifiesta el amor omnipotente y lleno de sabiduría de Dios; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la primera respuesta a las preguntas: ‘¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?” (Catecismo de la Iglesia Católica #282; Compendio del Catecismo  #51)

Lo dijo el Papa:

“Puesto que Dios ha creado todo, puede darnos vida y guiar nuestra vida. La vida en la fe de la Iglesia no abraza solamente un ámbito de sensaciones o sentimientos o quizás de obligaciones morales.

Abraza al hombre en su totalidad, desde su principio y en la perspectiva de la eternidad. Puesto que la creación pertenece a Dios, podemos confiar plenamente en Él. Y porque Él es Creador, puede darnos la vida eterna.”

(Papa Benedicto XVI, homilía en la Vigilia Pascual del 23 abril 2011)

*Publicado el domingo 9 de diciembre de 2012 en 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, año XVI, n.824, p. 4; también en la pag web de 'Desde la Fe' (www.desdelafe.mx) y en la del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.com.mx). 
Conoce los libros y cursos de Biblia gratuitos de esta autora, y su ingenioso juego de mesa 'Cambalacho', ideal para regalar en esta Navidad, aquí en www.ediciones72.com