y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

EL ROSARIO PASO A PASO

El Rosario es fácil de aprender, y rezarlo es acogerse a la amorosa y poderosa intercesión de María.

Consiste en meditar cada día, al menos cinco ‘Misterios’ (es decir, realidades divinas que superan nuestra comprensión), y rezar ciertas oraciones.

Sigue estos pasos:

Con la cruz del Rosario:

1. Inicio:

Empieza persignándote. Traza tres cruces pequeñas: en frente, boca y pecho, diciendo: ‘Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro’, y traza una cruz grande de frente a pecho, hombro izquierdo a hombro derecho, diciendo: ‘En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo’.

En la cuenta que está después de la cruz, reza lo siguiente:

2. Acto penitencial.  (éste u otro que te sepas)

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he perdido el Cielo y merecido el Infierno, pero sobre todo porque te ofendí a Ti, que eres bondad infinita, a quien quiero y debo amar por encima de todo. Propongo firmemente, con Tu gracia, enmendarme y apartarme de las ocasiones de pecado, confesarme y cumplir la penitencia. Confío en que me perdones por Tu Misericordia infinita y me ayudes para no ofenderte nunca más.

En las tres cuentas que siguen reza por las intenciones del Papa (para ganar indulgencia plenaria si estás rezando el Rosario en familia o en comunidad, en una iglesia).

3. Credo corto

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.

4. Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo; santificado sea tu Nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

5. Avemaría

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

6. Gloria al Padre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

ÉSTOS SON LOS MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO:

MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado)

Se refieren a la infancia de Jesús. Abarcan desde el día en que a la Virgen María se le anunció que sería Madre del Hijo de Dios, y Ella aceptó, hasta cuando Jesús tenía doce años.

1. La Anunciación (Lc 1, 28-38).

2. La Visitación (Lc 1, 39-56).

3. El Nacimiento de Jesús (Lc 2, 1-7).

4. La Presentación del Niño en el Templo (Lc 2, 22-38).

5. El Niño perdido y hallado en el Templo. (Lc 2, 41-50).

MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)

Los añadió el Papa san Juan Pablo II en 2002. Dijo que hacía falta incluir Misterios sobre momentos importantes de la vida pública de Jesús: desde Su Bautismo hasta la Última Cena.

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán (Mt 3, 13-17).

2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná (Jn 2, 1-11).

3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión (Mc 1,14-15).

4. La Transfiguración (Mt 17, 1-8).

5. La institución de la Eucaristía (Mt 26, 26-29).

MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes)

Nos recuerdan la Pasión y Muerte de Jesús y cuánto padeció por amor a nosotros. Inician cuando oró en el Huerto, antes de ser aprehendido, y terminan cuando dio Su vida en la cruz.

1. La oración de Jesús en el Huerto (Lc 22, 39-46).

2. La flagelación del Señor (Jn 19,1).

3. Jesús es coronado de espinas (Mt 27, 27-30).

4.  Jesús camina al Calvario con la cruz a cuestas (Jn 16b-17).

5. La crucifixión y muerte de nuestro Señor (Lc 23, 44-46).

MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)

Narran los hechos fundamentales de nuestra fe. Inician con la Resurrección de Jesús y terminan con una verdad deducida de la Biblia: como Cristo es el Rey, María es la Madre Reina.

1. La Resurrección del Señor (Lc 24, 1-8).

2. La Ascensión del Señor (Lc 24, 50-53).

3. La venida del Espíritu Santo (Hch 2, 1-4).

4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos (Sal 45, 11-16).

5. La Coronación de la Santísima Virgen (Ap 11, 19-12,1).

Puedes rezar sólo los 5 Misterios que corresponden al día, o puedes rezar más.

En cada caso, se procede así:

1. Decir el número y nombre del Misterio y recordar o leer el texto bíblico.

2. Guardar un momentito de silencio para imaginar la escena descrita en el texto bíblico y considerar lo que nos llame la atención o nos hable al corazón.

3. Diálogar con Jesús, relacionando el Misterio a lo que estás viviendo, y pedirle Su ayuda.

4. Diálogo con María, relacionando el Misterio a lo que estás viviendo, y pedirle su intercesión.

5. Rezar un Padre Nuestro y 10 Ave Marías (El primer Padre Nuestro no tiene cuenta grande. Se reza en la unión del Rosario con la cuerda que termina en la cruz. Luego se rezan las Ave Marías.

A partir del Segundo Misterio, los Padre Nuestros  se rezan en las cuentas grandes y las Ave Marías en las chicas.).

6. Rezar Gloria al Padre.

7. Al terminar cada Misterio, se suele añadir 3 jaculatorias (se llaman ‘jaculatorias’ a oraciones brevísimas, de una o dos frases). Las clásicas que se rezan en el Rosario son:

-María, Madre de gracia, Madre de misericordia: En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh Jesús mío: Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Al terminar de rezar los Misterios que vas a rezar en total, reza lo siguiente:

Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, te encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima durante el parto, te encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima después del parto, te encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.

A continuación es bello rezar la Letanía encomendánonos a Dios y pidiendo la intercesión de María:

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Señor Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Señor Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Señor Dios, Espíritu Santo, Consolador, ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros

Santa María, ruega por nosotros (esta petición se repite cada vez:)
Santa Madre de Dios, “
Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Jesucristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la Divina Gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia

Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de verdadera devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del Cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta al Cielo, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz,

Reina de México y de todo pueblo y nación.

Reina de nuestro corazón.

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten piedad y misericordia de nosotros.

 

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa María, Madre de Dios,

pues no desprecias las súplicas que te dirigimos

en nuestras necesidades.

Líbranos de todo peligro,

Oh Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
para que seamos dignos de alcanzar

las divinas gracias y promesas

de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN AL PADRE

Te rogamos nos concedas, Señor Dios Padre nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión

de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

ORACIÓN FINAL:

Dulce Madre, no te alejes,

tu vista de nosotros nunca apartes,

ven con nosotros a todas partes

y nunca solos nos dejes,

y ya que nos proteges tanto

como verdadera Madre,

haz que nos bendiga el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Para terminar, sólo te santiguas:  trazas una cruz grande que va de frente a pecho, y de hombro izquierdo a hombro derecho, diciendo: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

NOTA:

Te recomiendo leer la Carta Apostólica ‘Rosarium Viriginis Mariae’ (El Rosario de la Virgen María), de san Juan Pablo II. Es una preciosa carta que nos anima a rezar el Rosario. Disponible en vatican.va

También puedes leerla en forma resumida y comentada, en el folleto EVC (El Verdadero Católico) # 259, titulado: “El Rosario y el Papa. Su oración favorita”, disponible en casilleros de iglesias y en la pag web de EVC.