Los difuntos cremados ¿van al Cielo?
Alejandra María Sosa Elízaga*
           Una amiga me escribió muy alarmada porque le llegó un mensajito que dice que una santa asegura que el alma de un difunto que es cremado no va al Cielo. Pregunta si esto es cierto.
La respuesta es no. El destino de las almas no depende de lo que suceda con los restos mortales de los difuntos.
Ahora bien, cabe aquí mencionar que durante muchos siglos la Iglesia Católica prohibió cremar a los difuntos. Lo hizo para deslindarse de las prácticas de los paganos que inmolaban a los muertos a sus ídolos, o los quemaban para expresar su desprecio hacia el cuerpo, una actitud que la Iglesia no comparte, pues enseña que un bautizado es templo del Espíritu Santo, y como tal, sus restos mortales deben ser tratados con el debido respeto.
Actualmente, la Iglesia “permite la incineración cuando con ella no se cuestiona la fe en la resurrección del cuerpo.” (C.E.E. # 2301).
Las cenizas deben ser puestas en una urna y ésta depositada en un nicho, sea en una iglesia o en una funeraria, nunca en casa de los deudos.
La Iglesia prohíbe que las cenizas sean espolvoreadas en el mar, el campo o cualquier otro lugar. Tampoco permite que sean divididas para que cada uno de los deudos se lleve una parte. Y también prohíbe que sean usadas para confeccionar o rellenar joyas.
El destino del alma de un difunto es independiente de si éste es sepultado o cremado. Depende solamente de si murió en amistad con Dios o en pecado mortal.

y los envió por delante...