y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Las mentiras del diablo

Alejandra María Sosa Elízaga*

Las mentiras del diablo

Ante la palabra ‘diablo’, ¿qué viene a tu mente?, pregunté a algunas personas. Casi todas mencionaron un simpático personaje rojo, con cuernos, trinche y cola de flechita.

A unos días de que haya quien lo ‘festeje’, cabe recordar que no es un personaje de caricatura del que es divertido disfrazar a los niños. Existe. Y es enemigo de Dios. Así lo enseña la Iglesia (ver C.C.E. #391-395; 2851-2852), y san Pedro nos advierte que el diablo anda como león rugiente buscando a quién devorar (1Pe 5,8), por lo que, aunque no hay que ver al ‘chamuco’ en todos lados, tampoco hay que cometer el error de ignorarlo. Está vivo y activo en el mundo.

Jesús lo llamó ‘príncipe de la mentira’ (Jn 8, 44). Ha difundido en el mundo falsedades. Por ejemplo éstas: Que él no existe (y por eso no pasa nada si lo celebras en Halloween y vistes a tus niños como él). Que Dios no existe. Que Jesús no está Presente en la Eucaristía. Que todas las religiones son iguales. Que la Iglesia debe amoldarse al mundo y ser ‘políticamente correcta’. Que no necesitamos los Sacramentos. Que orar no sirve para nada. Que leer la Biblia es aburrido. Que los 10 Mandamientos ya no aplican. Que nada es pecado. Que no necesitas confesarte. Que no debes ir a Misa pues Dios está en todas partes, y si acaso vas, que sea sólo muy de vez en cuando: ‘cuando te nace’. Que si eres hermano separado y quieres cambiar de iglesia, la única que no debes considerar es la católica porque no somos cristianos y adoramos a María. Que si te invitan a un apostolado debes rehusarte porque o no tienes capacidad o te quitará mucho tiempo. Que si ya haces un apostolado debes dejarlo porque nadie te lo agradece. Que se puede ser ‘espiritual pero no religioso’.Que la fe y la razón son incompatibles y la fe y la ciencia también son incompatibles. Que tener fe es ridículo y obsoleto, y si la tienes debes ocultarla, practicarla en ‘lo oscurito’, pues compartirla es ‘imponerla’. Que cada quien tiene ‘su’ verdad. Que somos autosuficientes, que no nos hace falta Dios. Que vale más tener que ser. Que no pasa nada si consultas los horóscopos o vas a que te lean la mano o el café. Que no pasa nada si juegas a la ouija o invocas a los muertos. Que puedes ser católico y creer en la reencarnación. Que está bien ser católico de cafetería y elegir de lo que enseña la Iglesia qué si crees y en qué no. Que hay que sacar a Dios de la familia, de la escuela, de la política, de la sociedad. Que la Navidad consiste en regalos, decoraciones, galletas y que los niños esperen con ilusión a Santa Claus. Que es mejor vivir juntos que casarse. Que es mejor tener mascotas que hijos. Que aborto y eutanasia son soluciones y no crímenes. Que puedes hacer lo que desees. Que si se siente bien, está bien: prohibido prohibir. Que lo pastoral es inclusión sin conversión. Que lo misericordioso es darle  a la gente por su lado, no decirle la verdad. Que fumar, alcoholizarse, drogarse y usar pornografía son placeres inocuos. Que cambiar de género no daña. Que es aceptable discriminar para no discriminar. Que si alguien te hace algo, debes desquitarte: que perdonar es para débiles. Que el fin justifica los medios. Y la que ha difundido últimamente, de nefastas consecuencias: Que la violencia se combate con violencia.

Y hay muchas mentiras más. ¡Que Dios nos libre de dejarnos engañar!

Publicado (en versión breve) el domingo 29 de octubre de 2023 en la revista 'Desde la Fe', de la Arquidiócesis de México, y en su versión completa en la pag web y de facebook de Ediciones 72