y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Santa

Alejandra María Sosa Elízaga

Año de la fe
Conoce, celebra, fortalece, comunica tu fe
Serie sobre el Credo:
Ficha 51

‘¿Por qué dicen que es santa si está llena de pecadores?’, cuestionaba un joven, refiriéndose a sea frase del Credo que enumera, como una de las características de la Iglesia, que es santa.

Su pregunta tiene varias respuestas:

 

 

  1. La Iglesia es santa porque es Santo su fundador
    La fundó Jesucristo (ver Mt 16,16-18), que es Dios, y Dios es el Santo por excelencia. En el Nuevo Testamento con frecuencia se hace referencia a Jesús como el Santo, el Santo de Dios (ver Lc 1, 35; 4,34; Mc 1, 24; Jn 6,69; Hch 2, 27; 3, 14; Ap 3,7).
     
  2. La Iglesia es santa porque nos enseña cómo alcanzar la santidad
    Los católicos contamos con tres medios invaluables:
    a.- La correcta interpretación de la Sagrada Escritura.
    b.- La Tradición, que nos viene desde los orígenes más remotos del cristianismo, cuando todavía no se escribían los textos bíblicos y los Apóstoles transmitían sus enseñanzas oralmente (ver 2Tes 3,6;1Cor 15,1-2).
    c.- El Magisterio de la Iglesia a la que Jesús le prometió que le enviaría al Espíritu Santo para conducirla hacia la Verdad (ver Jn 16,3).
    La Iglesia una verdadera Maestra a la que podemos consultarle todo lo relacionado con nuestra vida de fe y tener la certeza de que si seguimos sus enseñanzas, contenidas en el Catecismo de la Iglesia Católica (libro imprescindible en todo hogar católico) y en los documentos vaticanos, caminaremos de manera segura y sin error hacia la santidad.
     
  3. La Iglesia es santa porque por su medio recibimos de Dios la gracia que nos santifica
    En la Iglesia recibimos los Sacramentos que nos comunican la gracia divina que nos hace santos.
    Por ejemplo, el Bautismo nos borra el pecado original, nos otorga la dignidad hijos adoptivos de Dios Padre, de Aquel que nos llama a ser santos como Él es Santo (ver 1Pe 1, 14-16) y nos da Su Espíritu Santo para lograrlo.
    En la Confesión recibimos de Dios no sólo el perdón del pecado sino Su ayuda para superarlo, para dejarnos hacer santos.
    En la Eucaristía recibimos el perdón, la Palabra, la Eucaristía, ¡la mayor asistencia que hay para alcanzar la santidad!
    En la Unción de Enfermos se pide para el enfermo su salud de alma y cuerpo, y la gracia santificante que le permita unir su sufrimiento al de Cristo y hallarle sentido redentor.
    El Matrimonio otorga a los esposos una gracia que les permite amarse como Dios los ama y santificarse mutuamente.
    Los ministros ordenados reciben una gracia santificante que les permite hacer presente a Cristo entre nosotros.
    ¡Muy diversas y muy ricas son las ayudas que nos da la Iglesia para alcanzar la santidad!
     
  4. La Iglesia es santa porque de ella han surgido incontables santos
    La Iglesia no sólo nos dice por dónde ir y nos da lo necesario para el viaje, también nos presenta compañeros de camino de los que podemos aprender mucho y recibir ayuda inigualable: los santos, que nos ayudan con su buen ejemplo y con su valiosa intercesión.

 

Por último, para responder al joven que hacía notar que hay pecadores en la Iglesia, cabe recordar lo que dijo el sacerdote católico Carlo Carreto, en su libro ‘He buscado, he encontrado’: que alguna vez, deseó poder fundar una Iglesia de gente buena, santa, perfecta, pero comprendió que él no tendría cabida en esa iglesia y que no sería la Iglesia de Jesucristo, quien vino por todos, no sólo por los ‘buenos’. Agradeció formar parte de una Iglesia que conjuga de manera en verdad admirable, la santidad de Su fundador, de sus enseñanzas y Sacramentos, con la compasión y la acogida hacia todos los que quieran formar parte de ella.

Y cabe mencionar también que los buenos son ¡mucho más que los malos!

No suele salir en los noticieros que diariamente hay millones de católicos que realizan actos heroicos desgastando su vida en la atención gratuita y caritativa de enfermos, ancianos, presos, personas en situación de pobreza extrema, marginados, abandonados, damnificados, etc.

Los medios de comunicación prefieren destacar los casos de miembros de la Iglesia que hacen algo lamentable, pero como decía un famoso rector: ‘no se juzga una universidad por los que reprueban’, y hay que reconocer que la Iglesia cuenta con un número apabullante de ‘aprobados’, y otro no poco de ‘sobresalientes’.

De ninguna otra institución han surgido tantos hombres y mujeres de probada santidad, para gloria de Dios y bien de toda la humanidad.

Para profundizar en este tema, lee el Catecismo de la Iglesia Católica: # 823-829.867

(Continuará... ‘El Credo desglosado en el Año de la fe’)

La próxima semana: ‘Católica’

¡No te lo pierdas!

Reflexiona y comparte:

¿Qué implica para ti que la Iglesia sea santa?

 

Pregunta del Catecismo:

¿En qué sentido la Iglesia es santa?

Respuesta del Catecismo:

“La Iglesia es santa porque Dios santísimo es su autor.

Cristo se ha entregado a sí mismo por ella, para santificarla y hacerla santificante; el Espíritu Santo la vivifica con la caridad.

En la Iglesia se encuentra la plenitud de los medios de salvación.

La santidad es la vocación de cada uno de sus miembros y el fin de toda su actividad.

Cuenta en su seno con la Virgen María e innumerables santos, como modelos e intercesores.

La santidad de la Iglesia es la fuente de la santificación de sus hijos, los cuales aquí en la tierra, se reconocen todos pecadores, siempre necesitados de conversión y purificación” (Compendio de la Iglesia Católica # 165).

Lo dijo el Papa:

“No somos nosotros quienes la hacemos santa. Es Dios, el Espíritu Santo, quien en su amor hace santa a la Iglesia.

Me podréis decir: pero la Iglesia está formada por pecadores, lo vemos cada día.

Y esto es verdad: somos una Iglesia de pecadores; y nosotros pecadores estamos llamados a dejarnos transformar, renovar, santificar por Dios.

Ha habido en la historia la tentación de algunos que afirmaban: la Iglesia es sólo la Iglesia de los puros, de los que son totalmente coherentes, y a los demás hay que alejarles. ¡Esto no es verdad! ¡Esto es una herejía!

La Iglesia, que es santa, no rechaza a los pecadores; no nos rechaza a todos nosotros; no rechaza porque llama a todos, les acoge, está abierta también a los más lejanos, llama a todos a dejarse envolver por la misericordia, por la ternura y por el perdón del Padre, que ofrece a todos la posibilidad de encontrarle, de caminar hacia la santidad.”

(Papa Francisco, Audiencia general, 2 de octubre de 2013).

*Publicado el domingo 17 de noviembre de 2013 en ‘Desde la Fe’, Semanario de la Arquidiócesis de México, año XVII, n.872, p.4. También en la pag web de ‘Desde la Fe’ (www.desdelafe.mx) y en la del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.com.mx) Conoce los libros de esta autora, sus cursos gratuitos de Biblia, y su ingenioso juego de mesa Cambalacho, aquí en www.ediciones72.com