y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Hijo único de Dios

Alejandra María Sosa Elízaga*

Año de la fe
Conoce, celebra, fortalece, comunica tu fe
Serie sobre el Credo:
Ficha 14

Un señor contaba que de niño fue adoptado por un matrimonio que ya tenía un hijo propio, y aunque a ambos los trataban igual de bien, él no podía dejar de pensar que seguramente amaban más a su verdadero hijo.

Entonces un día cuando jugaba en un terreno cerca de su casa, cayó en un agujero profundo y angosto del que no podía salir.

Sus gritos alertaron a los vecinos, llegaron sus papás, llamaron a los bomberos.

Se vio que había peligro de que cayera más abajo y que en ese hoyo no cabía un adulto pero sí un niño.

Los papás no lo pensaron dos veces.

Su hijo mayor era ágil y delgado, así que los bomberos lo amarraron de los pies y lo introdujeron de cabeza en el agujero con una soga para que pudiera amarrar a su hermanito y ellos pudieran jalarlos y rescatarlos.

Era una maniobra algo arriesgada, pero gracias a Dios resultó muy bien y ambos niños salieron del agujero.

Decía ese señor que ese día comprendió cuánto lo amaban sus papás que estuvieron dispuestos a arriesgar a su hijo por él, y cuánto lo amaba también su hermano que se ofreció a rescatarlo.

Y desde entonces nunca más tuvo dudas del amor que le tenía su familia adoptiva y se sintió muy agradecido y feliz.

Recordaba esto al considerar lo que significa para nosotros que en el Credo proclamemos que Jesús es “Hijo único de Dios”.

Lo primero que queda claro, desde luego, es que Jesús es Hijo de Dios, es decir, que no fue sólo un gran hombre, un gran pensador o filósofo o líder, como algunos quieren considerarlo, sino que participa de la naturaleza divina, es Hijo de Dios Padre.

En los Evangelios se narra cómo en dos ocasiones (en Su Bautismo y en Su Transfiguración), se escuchó la voz de Dios Padre que afirmó que Jesús era Su “Hijo amado” (ver Mt 3,17; 17,5).

Esta verdad es de tal relevancia que cuando Jesús preguntó a Sus discípulos quién decía la gente que era Él y Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, Jesús supo que eso se lo había revelado Su Padre y lo nombró la piedra sobre la que fundaría Su Iglesia (ver Mt 16, 15-19).

Desde su inicio la comunidad cristiana dio a conocer que Jesús era el Hijo de Dios. Fue lo primero que predicó san Pablo tras su conversión (ver Hch 9, 20).

Lo segundo que esa afirmación nos revela es que Jesús es Hijo único.

Saber esto puede hacer que alguien se pregunte: ‘¿por qué dicen que es el único?, ¿y yo qué?, ¿acaso no soy también hijo de Dios?’

A esta pregunta cabe responder que hay una gran diferencia entre la filiación de Jesús y la nuestra.

Jesús es el Hijo único de Dios. Nosotros somos Sus hijos adoptivos, gracias al Espíritu Santo que Jesús nos envió y que recibimos en el Bautismo.

Dice san Pablo: “Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo...para que recibiéramos la filiación adoptiva.”(Gal 4, 4-5).

Ahora bien, que nadie piense que porque somos hijos adoptivos Dios nos ama poco o menos que a Jesús, Su Hijo único.

Nos ama tanto que nos lo envió a salvarnos.

Y si aquel señor que fue adoptado de chiquito se convenció del amor de su familia al ver que estuvieron dispuestos a rescatarlo de aquel agujero, cuánto más nosotros podemos sentirnos amadísimos por Dios Padre al ver que sin mérito de nuestra parte, no sólo nos integró a Su familia y nos permitió ser Sus hijos adoptivos, sino que nos envió a Su Hijo único - y Él aceptó venir - a rescatarnos del peor de los agujeros, el más oscuro, uno del cual nunca hubiéramos podido salir por nosotros mismos: el del pecado y la muerte.

Ya lo dijo Jesús: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. “ (Jn 3, 16).

La próxima semana: ‘Nacido del Padre antes de todos los siglos’ ¡No te lo pierdas!

Reflexiona y comparte:

Considera cuánto te ama Dios Padre que envió a Su Hijo único a salvarte.

 

Pregunta del Catecismo:

¿Qué significa que Jesús sea “Hijo Único de Dios”?

Respuesta del Catecismo:

“Significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios Su Padre. Él es el Hijo único del Padre y Él mismo es Dios. Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios.” (Catecismo de la Iglesia Católica # 454).

Lo dijo el Papa:

“El Hijo de Dios que se hizo carne nos ha dado a conocer al Padre, nos ha hecho percibir en su rostro humano visible el rostro invisible del Padre; a través del don del Espíritu Santo derramado en nuestro corazones, nos ha hecho conocer que en él también nosotros somos hijos de Dios, como afirma san Pablo: «Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá Padre!”» (Ga 4,6).

Queridos hermanos, aquí está el fundamento de nuestra paz: la certeza de contemplar en Jesucristo el esplendor del rostro de Dios Padre, de ser hijos en el Hijo, y de tener así, en el camino de nuestra vida, la misma seguridad que el niño experimenta en los brazos de un padre bueno y omnipotente.” (Papa Benedicto XVI, de la homilía pronunciada el 1 de enero de 2013).

*Publicado el domingo 6 de enero de 2013 en 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, año XVII, n.828, p.4. 
También en la pag web de 'Desde la Fe' (www.desdelafe.mx) y en la del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.com.mx
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