y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Oraciones para terminar y empezar el año

ORACIÓN PARA TERMINAR EL AÑO

Gracias, Señor, por todo lo que me diste en este año.

Gracias por mi vida, por haberme concedido cada día la oportunidad de despertar, de estrenar el tiempo, de elegir cómo utilizarlo. Porque sin tomar en cuenta si lo desperdiciaba o aprovechaba, Tú me lo seguiste regalando.

Gracias por el don de la salud que me permitió sentirme bien y realizar mis tareas cotidianas. Gracias por la enfermedad que permitiste y que me hizo acurrucarme entre tus brazos y descubrirte muy cercano, en la presencia de los que me atendieron, me cuidaron, me mostraron su interés y cariño, me consolaron.

Gracias porque el sufrimiento me permitió humanizarme, comprender mejor a los que sufren, solidarizarme. Gracias porque pude unir mi sufrimiento al Tuyo, ponerlo en Tus manos, hallarle sentido e interceder con amor por mis hermanos.

Gracias por mi familia y amigos, porque en ellos descubrí Tu presencia, Tu amor, Tu guía, Tu manera de enseñarme a convivir con los demás y compartir lo que soy con .generosidad y alegría. 

Gracias porque cuando encontré personas que dificultaron mi camino, me ayudaste a acogerlas, a descubrirte y a amarte en ellas.

Gracias por los momentos hermosos, por todo aquello que me permitió experimentar y compartir la felicidad. Gracias también por las dificultades, las tristezas y tropiezos que me hicieron tomarme más firmemente de Tu mano. 

Gracias porque no sólo en este año que termina, sino toda mi vida, has estado siempre conmigo, me has salido al encuentro en cada paso en los Sacramentos, en Tu Palabra, en mis hermanos. Gracias por tener Tu mirada amorosa puesta en mí y por permitirme gozar de Tu presencia. 

Gracias por Tu comprensión, Tu perdón, Tu infinita misericordia, Tu incondicional amistad. Y sobre todo, gracias por amarme desde siempre y por invitarme a pasar contigo la eternidad. Amén. 

ORACIÓN PARA COMENZAR EL AÑO NUEVO

Comienza un nuevo año. Lo pongo en tus manos, Señor.

Tú, Padre amoroso, que velas por mí y estás por encima de los límites del tiempo y del espacio, sabes lo que necesitaré en este año que inicia. 

Me abandono a Tu misericordia, a Tu Providencia. Que sea lo que Tú dispongas, Señor.

Aumenta mi fe, que sea capaz de descubrir Tu presencia a mi lado. No permitas que nada me separe de Ti. 

Dame fortaleza y perseverancia en las pruebas, y ayúdame cada día a recordar que nunca sucederá nada que Tú y yo juntos, no podamos superar.

Líbrame de la indiferencia. Hazme sensible a las necesidades de los demás, y muéveme no sólo a orar, a interceder por ellos, sino a realizar acciones concretas en beneficio suyo.

Ayúdame a no ser avaro ni desperdiciado con mi tiempo, con mis dones. 


Enséñame a darme a los demás, a comprender que sólo vale la pena lo que se hace por los demás. 
Enséñame a salir de mí mismo para ir al encuentro de mis hermanos, sin prejuicios, sin retórica. Simplemente como Tú, con la mano extendida y el corazón abierto. 

Pero líbrame de la vanidad, de creerme bueno, de sentirme satisfecho. No dejes que me paralice la inercia, el orgullo, la complacencia. No dejes de inquietarme, de ponerme en movimiento, de lanzarme contigo a construir tu reino de paz, amor y justicia.

Enséñame a mantenerme sencillo y alegre, a ser verdaderamente testigo tuyo en mi mundo. 

Ayúdame a desprenderme de todo lo que me estorba para seguirte, líbrame de lo que me hace tropezar, de lo que me pesa: de mis rencores, mis egoísmos, mis orgullos, mis miserias, mis apegos.


Enséñame a ser paciente, comprensivo, dulce, a perdonar a los otros, a acogerlos en mi corazón. Enséñame a amar como amas Tú.

Quiero descubrirte en cada día de este año que empieza, y ayudar a que otros te descubran también. Señor, que cuando me busquen a mí, te encuentren siempre a Ti. Amén.

 

Publicado en 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, y en diversas publicaciones.